Más y más sorpresas
Una llamada inesperada, y él se despertó inmediatamente, en su cama semi-vacia. Claro quien iba a ser a esas horas de la mañana. Bea, llorando su soledad y su tristeza.
En apenas 20 minutos, el le habia llevado, chocolate, bollitos y miel. Y su compañía, tan añorada por ella.
- Deja eso ahí, y dame un abrazo, el más grande que tu cuerpo puede entregar a una persona como yo. Si de verdad me aprecias. Dijo ella-
El casi tiro todo, y se entrego a esos ojos inundados y cabizbajos, para cumplir lo prometido.
- Siempre me tienes que ver así, siempre me tienes que aguantar. Jolines. No es justo para ti. Nunca te puedo compensar. Continuó comentando ella-
- Como no me vas a compensar, si cada vez que estoy contigo se me va la tristeza, las dudas y vuela lejos mi odiada soledad. Mi corazón toma vida y mi vida sentido.-Replico él-
- Aun así. No se porque me aguantas.
- Sencillo. Tu necesitas recibir (y dar) y yo dar (y recibir). Eso tambien es gozoso, sentirse necesitado. O simplemente saber que soy la primera persona en la que piensas.
Mientras el sonreia al pronunciar estas ultimas palabras, ella le confirmaba con una sonrisa y asintiendo con su cabeza. Esa que mostraba unos ojos brillantes, ahora.
No es que no lo supiera, pero ella necesitaba oirlo a menudo, así su corazón se liberaba de esa eterna duda, de esa sensación de aislamiento.
Aun a pesar de la predisposición de ambos a disfrutar de la compañía, no terminaba de encajar todo esto, pero tras una discusión viene la calma.
Ahora era el momento de comprobar si el dia a dia era lo que esperan ambos, o que posibilidades habia de soportarse cada uno al otro, sin empezar de nuevo esa asquerosa rutina.
[ RedVia ]
En apenas 20 minutos, el le habia llevado, chocolate, bollitos y miel. Y su compañía, tan añorada por ella.
- Deja eso ahí, y dame un abrazo, el más grande que tu cuerpo puede entregar a una persona como yo. Si de verdad me aprecias. Dijo ella-
El casi tiro todo, y se entrego a esos ojos inundados y cabizbajos, para cumplir lo prometido.
- Siempre me tienes que ver así, siempre me tienes que aguantar. Jolines. No es justo para ti. Nunca te puedo compensar. Continuó comentando ella-
- Como no me vas a compensar, si cada vez que estoy contigo se me va la tristeza, las dudas y vuela lejos mi odiada soledad. Mi corazón toma vida y mi vida sentido.-Replico él-
- Aun así. No se porque me aguantas.
- Sencillo. Tu necesitas recibir (y dar) y yo dar (y recibir). Eso tambien es gozoso, sentirse necesitado. O simplemente saber que soy la primera persona en la que piensas.
Mientras el sonreia al pronunciar estas ultimas palabras, ella le confirmaba con una sonrisa y asintiendo con su cabeza. Esa que mostraba unos ojos brillantes, ahora.
No es que no lo supiera, pero ella necesitaba oirlo a menudo, así su corazón se liberaba de esa eterna duda, de esa sensación de aislamiento.
Aun a pesar de la predisposición de ambos a disfrutar de la compañía, no terminaba de encajar todo esto, pero tras una discusión viene la calma.
Ahora era el momento de comprobar si el dia a dia era lo que esperan ambos, o que posibilidades habia de soportarse cada uno al otro, sin empezar de nuevo esa asquerosa rutina.
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