Blogia
Historia de Dos - Ella y El Mundo

Un desconocido llamado Pablo

Un desconocido llamado Pablo Añoraba su dulce sabor, anhelaba sus minutos intensos, extrañaba todo lo que entrego y recibió. Pero aun así, no volvería a disfrutar de él. De ese magnífico fin de semana. Volverían otros, mejores o peores, pero nunca iguales, nunca con esa intensidad y oportunidad.
Mientras se prometía que no pensaría otra vez en él, volvía a escribir en el espejo "I Love You", con su corazoncito pertinente. Se miraba y sonreía, a ese espejo que perdía con el vapor de la ducha, las palabras y sentimientos escritos.
Sabía que era difícil cumplir sus promesas, ya que por mucho que esperaba ver crecer dentro de sí misma esa flor que todos cuidamos (cuando existe), a ella realmente no le nació.
Eso tan solo un día después, unas horas después de pelear en la cama, ya casi era un desconocido para ella. Estaba pensando:
- ¿Otro más?. No por favor - mientras gritaba en el silencio.

¿Solo fue sexo?. Como es posible, si ella no lo admite sin pasión y cariño solapados a este. Aunque no significa que no lo recibiera. Porque el éxtasis llegó, el sudor y el placer un poco más tarde, mientras él seguía penetrándola con fuerza y locura.
3 días y 2 noches locas, sin casi tiempo. Se le oía decir por toda la casa:
- Esta vez no, lucharé por encontrar en él algo que me llene. No quiero repetir siempre la misma mierda.

Sabia que se la jugaba, porque era consciente del pasado que Pablo había sufrido. Y algo amargo circulo por su garganta al leer un SMS que recibió:
- Quiero estar junto a ti,
quiero dejar de sufrir,
quiero dejar de soñar,
solamente volver a vivir.
Solamente ....... junto a ti.
Ahora no necesitaba navegar por el móvil, eso se quedo memorizado en su cabeza vacilante, loca y dudosa, hasta de sí misma.

Al principio, él que noto algo de inseguridad, le había susurrado mientras rozaba con 2 dedos su sexo húmedo:
- No te preocupes, déjate llevar por las sensaciones.
Quizás llego muy lejos, porque ella le llegó a demostrar la confianza que no existía, le demostró que estaba dispuesta a él.

Su pelo ya casi seco, tapaba su cara con disimulo. Pero ella no dejaba de avanzar y rebobinar en su cabeza, la aventura vivida estos días. Buscaba y encontraba, veía y recordaba momentos para los pros y los contras. Se repetía preguntas que ya sabia que no respondería. Algo le ocurría, porque ni se preocupo en vestirse de modo "impresionante", ni de maquillarse. No se miro al espejo del final de pasillo, mientras salía de casa de camino a la cita que esperaba poder haber evitado.

Quizás solo quería no volver a repetir las palabras que tantas veces dijo sin interés ni precaución. ¿Volvería a ser la chica de la mirada triste?. Dudoso. No tenía ilusiones en ese proyecto así que prefirió anularlo.

Eligió...Eligió no querer compartir de nuevo su compañía con él. Decidió ser la que mañana se prepararía el desayuno, la que se diría "Buenos días". Ella misma.
El café a medio sorber, sobre la mesa de la terraza, quedo helado en la pequeña taza que Pablo acababa de dejar. Tan helado como el cuerpo de él, como su sonrisa. Sin esperar nada más, se levanto y huyo del lugar, para pensar, o para llorar, quien sabe. Las palabras tan directas de ella le habían destrozado.

¿Cómo podía verse sola en esa mesa, en su vida, otra vez mas?. Si la primera noche ya jadeaba de forma brutal, mientras sus manos ardientes agarraban el cabecero de la cama. Y su cuerpo curvado se agitaba una vez tras otra, hasta caer del éxtasis final, y agarrar con fuerza y rapidez la cabeza que ascendía desde debajo de su ombligo, con una sonrisa picara. Si para él, ella era lo primero, si cuando nadie le había hecho sentir tremendo placer. ¿Que era lo que fallaba?.
Ni se planteó, ¿qué hubiese pasado sí....?. No. Nada. Dijo que no. Sentía que no era el modo correcto de vivir. De cama en cama, de boca en boca. Seguiría jugando a la lotería, pero no cambiaría "el numero", no cambiaria algo de todo esto.

Escrito por Redvia.

0 comentarios